“Homeopatía: una mirada diferente de la salud y de la enfermedad”

Dra. Liliana Szabó
Médica Pediatra y Homeópata
MN 57156
Docente Libre de la Asociación Médica Homeopática Argentina

        A doce años de haber egresado de la Facultad de Medicina, y hallándome en ejercicio cotidiano de la Pediatría en un hospital, varias preguntas rondaban mi mente sin obtener respuesta. Entre ellas:
1)   ¿Porqué los niños se enferman tanto pese a los cuidados que reciben? (léase vacunaciones múltiples, cariño por parte de los padres, buena alimentación, etcétera).
2)   ¿Porqué los niños tienen cada vez más enfermedades crónicas (BOR, enfermedades autoinmunes, cáncer, celiaquía, diabetes, etc.) y cada vez menos enfermedades agudas febriles de la infancia?
3)   ¿Porqué  un niño que parece “curado” de una enfermedad, al poco tiempo enferma de “otra” aparentemente diferente? (ejemplo, un niño se aplica corticoides locales por un eczema y a los pocos meses inicia un asma bronquial, o un niño es amigdalectomizado por presentar amigdalitis recurrentes y a los pocos meses se torna obeso o sufre neumonías recurrentes).
4)   ¿Es necesario que un niño padezca una nueva enfermedad a causa de un remedio indicado para otra? (reacciones adversas y secundarias de los medicamentos). ¿Tenemos derecho a administrarle sustancias de reconocida toxicidad?
5)   ¿Qué es lo que determina que un niño enferme y otro no, bajo  iguales condiciones socio-ambientales y sanitarias?
6)  ¿Qué es lo que curamos: al síntoma, a la enfermedad o a la persona en su totalidad?
Estas preguntas me llevaron a buscar otros caminos, ya que me sentía frustrada en mi quehacer cotidiano. A través de una experiencia personal en la que fui curada rápidamente de una sinusitis crónica que llevaba meses sin resolverse con antibióticos, descubrí que existía una Medicina con un enfoque diferente: la Homeopatía, medicina del vitalismo, ya que considera que lo que enferma o se desequilibra es nuestra energía vital, o sea, la fuerza invisible que anima todo nuestro ser físico, psíquico, emocional y espiritual.

CONCEPTO HOMEOPÁTICO DE ENFERMEDAD:
La Homeopatía como ciencia y arte del curar, considera a la enfermedad como una expresión dinámica de la perturbación o desequilibrio de la Fuerza Vital.  
La enfermedad no viene desde afuera, sino que, si bien puede ser desencadenada por un factor externo, su aparición va a depender del estado previo de la energía vital de la persona. Esto explica porqué frente a una misma noxa algunos pacientes enferman, otros mueren y algunos no presentan ningún tipo de alteración.  Por ejemplo: en una familia muere la madre y uno de los hijos genera una leucemia, otro inicia una depresión y un tercer hermano no se ve afectado en absoluto (concepto de idiosincrasia: cada persona reacciona de manera diferente de acuerdo a su idiosincrasia).
Nuestra Energía o Fuerza Vital puede ser alterada por factores físicos (climáticos, traumatismos, radiación), químicos (medicamentos, vacunaciones, alimentos, venenos), biológicos (contagios) y psíquicos (sustos, penas, frustraciones, castigos, etc.).
CONCEPTO HOMEOPÁTICO DE SALUD:
Podemos decir que estamos sanos cuando nuestra fuerza vital se encuentra en un equilibrio tal que permite el pleno desarrollo del ser en todos sus aspectos: físico, mental, emocional y espiritual.
UN POCO DE HISTORIA:
La Homeopatía fue explorada e investigada en toda su profundidad por el Dr. Samuel Hahnemann (médico alemán 1755-1843) a partir del año 1790. Se inspiró en Hipócrates (Siglo V a.C.) y tomó su concepto de similia similibus curentur  descripto en su libro “De los lugares en el hombre”: “…la enfermedad es producida por los semejantes, y por los semejantes que se hacen tomar, el paciente vuelve a la enfermedad y a la salud…”.  
Más tarde Aristóteles (siglo IV a.C.) también aportaría su pensamiento al Vitalismo afirmando que “…el alma es el acto primario del cuerpo físico orgánico que tiene la vida en potencia”.
Fue Galeno (siglo II) el que impondría al mundo su concepto de “Contraria contrarius curentur”  que domina hasta la actualidad el campo de la Medicina.
Paracelso (siglo XVI) escribió: “…el remedio debe ser adaptado al enfermo y únicamente el conocimiento real de la verdadera naturaleza de la enfermedad y la observación profunda del paciente, el determinar exactamente el remedio que cure, es lo que transformará y transmutará al enfermo…”
Así fue como Hahnemann decidió experimentar sobre sí mismo tomando durante varios días pequeñas dosis de Quina o Cinchona officinalis, remedio usado en el tratamiento del paludismo, comprobando que luego de varias tomas aparecían síntomas idénticos a los que dicha droga era capaz de curar en la fiebre intermitente. A partir de allí nace el Método Experimental, descubriendo así el poder curativo de las drogas administrándolas a personas sanas.  Es lo que actualmente denominamos patogenesias. Todos los remedios homeopáticos son experimentados de esta manera con la metodología de doble ciego y según protocolos predefinidos.
Hahnemann nos legó la esencia de sus descubrimientos en su libro Organón de la Medicina” (del que llegó a escribir 6 ediciones en sus 88 años de vida) en el que describe con minucioso detalle toda la Doctrina Homeopática con sus fundamentos.
Algunos de sus parágrafos nos dicen:
Par. 1: “La única y más elevada misión del médico es sanar a las personas enfermas…”
Par.2: “El mayor ideal de la cura es el rápido, suave y permanente restablecimiento de la salud o la mejoría y destrucción de la enfermedad en toda su extensión por el camino más corto, seguro y sin perjuicios…”
Par.9: “En el estado sano de la persona,  el poder vital como de índole espiritual (autocrático) actúa en forma ilimitada. …anima al cuerpo material (organismo) y mantiene sus partes en un estado armónico admirable… de este modo nuestro juicioso espíritu puede utilizar este instrumento vivo y sano para los propósitos más elevados de nuestra existencia”

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA HOMEOPATÍA
1)   LEY DE LA SEMEJANZA O SIMILITUD
2)   PATOGENESIAS: EXPERIMENTACIÓN EN EL HOMBRE SANO
3)   DOSIS INFINITESIMALES
4)   REMEDIO ÚNICO
1) LEY DE LA SEMEJANZA O SIMILITUD
Par. 26 del Organón:   “una afección dinámica más débil es destruida permanentemente en el organismo vivo por otra más fuerte, si esta última (aunque diferente en su género) es muy semejante a ella en sus manifestaciones”
Fue así como Hahnemann buscó el principio curativo de las sustancias, basándose en su capacidad de causar síntomas semejantes en el hombre sano. Para atenuar los efectos tóxicos disminuyó progresivamente las dosis administradas a los experimentadores, en forma empírica, comprobando en forma visionaria la posteriormente enunciada Ley de Arndt-Schulz: “toda excitación provoca en la célula tres modalidades de reacción en relación con su intensidad”. Por lo tanto, si la excitación es fuerte, puede ser destructiva y sin especificidad (acción tóxica). Si la excitación es mediana, provoca aumento de la reacción celular: puede ser nociva pero no mortal (aquí actuarían los medicamentos corrientes). Pero cuando la excitación es muy débil, es capaz de estimular la reacción celular sin violencia: en este rango se encuentran los remedios homeopáticos altamente dinamizados (diluciones infinitesimales).
De manera que los remedios homeopáticos casi no tienen acción primaria o directa como los remedios ponderales. Solo habrá una reacción secundaria curativa que dependerá de cada individuo y del estado de su energía vital.
2) PATOGENESIAS: EXPERIMENTACIÓN EN EL HOMBRE SANO
      Los medicamentos homeopáticos se experimentan en el hombre sano mediante experimentaciones o patogenesias a doble ciego. Cada experimentador debe anotar minuciosamente todo síntoma físico, mental y emocional, así como sus sueños, a partir de la toma del remedio. De esta manera se infiere que lo que es remedio provoca en el individuo sano es lo mismo que puede curar en el enfermo.  Estas manifestaciones son transitorias y desaparecen al poco tiempo de suspender la toma del remedio. También se considera importante observar si la ingesta del remedio ha curado alguna molestia pre- existente en el experimentador.
        Actualmente se hallan experimentadas alrededor de 4.000 sustancias de diferentes orígenes: mineral, vegetal, animal, humano y misceláneas (ej. chocolate y algunos medicamentos alopáticos).
3) DOSIS INFINITESIMALES
         Para evitar los efectos tóxicos de las sustancias, Hahnemann decidió diluirlas.  Las que eran líquidas se diluían directamente en alcohol, las sustancias sólidas eran inicialmente trituradas con lactosa para luego poder diluirlas normalmente en alcohol. Además de diluirlas, descubrió que los remedios actuaban más rápido y profundamente si se las dinamizaba con sucusiones.
        Hay diferentes formas de dinamizar una sustancia. Las dinamizaciones (o potencias) más utilizadas actualmente en Argentina son la Centesimal (CH) y la cincuentamilesimal (LM). Ej: para preparar la dinamización o potencia centesimal, se diluye una gota en 99 gotas de alcohol y se le efectúan determinado número de sucusiones para activarla. De esta preparación a su vez se toma una gota y se vuelve a diluír en 99 gotas, se sucusiona, y así sucesivamente hasta llegar a la dinamización deseada.
 Usamos habitualmente desde la 30 CH pudiendo llegar con este procedimiento a la 100.000 CH y más.  A partir de la dinamización 12 CH ya no hay soluto demostrable por medios químicos, pero sí se puede demostrar la presencia energética de la sustancia disuelta que será única e idéntica a sí misma y a ninguna otra.
        Cuanto menos diluida está una sustancia (potencia o dinamización más baja), tiene más acción a nivel  físico. Cuanto más diluida esté, es más profunda su acción en el plano psíquico y emocional.
4) REMEDIO ÚNICO
        La meta del homeópata es encontrar una sustancia que se parezca lo más posible al cuadro clínico homeopático del paciente. Para ello se toma una historia clínica exhaustiva que incluye no solo la enfermedad actual del niño, sino toda su historia biopatográfica, empezando por la situación de sus padres antes de ser concebido. También se consideran sus antecedentes familiares, su personalidad, sus preferencias alimentarias, su forma de dormir, de transpirar, de relacionarse con otros, etcétera.
Una vez tomado el caso clínico (en aproximadamente 90’ a 2 horas) se busca  una sustancia que en la experimentación en el hombre sano haya manifestado los mismos síntomas que padece nuestro paciente. Cuanto más exacta sea la similitud, la curación será más rápida y completa (similimum). El medicamento será cambiado únicamente cuando demuestre ser una prescripción equivocada o cuando el cuadro del paciente se vaya modificando y pida un nuevo remedio para completar la curación.
        Si consideramos que el medicamento homeopático es una información energética que va a inducir un cambio en la conformación energética de nuestro paciente, sería absurdo dar dos medicamentos simultáneamente ya que cada uno impulsaría un cambio en distinta dirección.  
LOS 4 DIAGNÓSTICOS DE LA ENTREVISTA HOMEOPÁTICA
1)   DIAGNÓSTICO CLÍNICO
2)   DIAGNÓSTICO INDIVIDUAL
3)   DIAGNÓSTICO BIOPATOGRÁFICO
4)   DIAGNÓSTICO DE MEDICAMENTO

1) DIAGNÓSTICO CLÍNICO
         Este es el diagnóstico inicial que debemos efectuar como cualquier otro médico. Además de ubicarnos en la patología del niño propiamente dicha, el tipo de enfermedad nos hablará indirectamente del estado de la energía del paciente, lo que nos va a guiar en la elección de la potencia, dosis y frecuencia del remedio que sea elegido. También nos dará una idea del pronóstico y de lo que podemos esperar con respecto a la reacción al tratamiento homeopático.
        Por ejemplo, un niño con cáncer que casi no tiene fiebre y con muy pocos síntomas psíquicos nos está diciendo que tiene su energía vital muy comprometida y nos llevará a manejarnos con cautela y con dosis bajas. En cambio, un niño con una neumonía con picos altos de fiebre y mucha sintomatología adicional al cuadro propiamente dicho de su patología de base, nos hablará de una energía vital reactiva y fuerte que seguramente va a responder al remedio bien indicado en muy pocas horas llegando a una rápida curación.
2) DIAGNÓSTICO INDIVIDUAL
        Además de saber cuál es la enfermedad de nuestro paciente, tenemos que explorar cómo es ese niño en particular frente a su enfermedad.  Ante un mismo diagnóstico clínico, podemos hallar infinitos diagnósticos individuales.  Por ejemplo, hay niños que tienen mucha sed durante la fiebre y otros que no quieren beber nada.  Algunos niños reaccionan con violencia y agresividad frente al nacimiento de un hermanito y otros lo hacen con indiferencia pero tal vez se enfermen físicamente.  En una amigdalitis habrá pacientes que mejoran con bebidas calientes y otros que mejoran con bebidas heladas, y así se dan infinitas posibilidades.
        También es fundamental encontrar el factor desencadenante del cuadro actual: si le fue mal en el colegio, si se enfrió jugando al fútbol, si los padres se separaron, etcétera. Siempre hay una causa previa a todo desequilibrio energético.
        Todos estos datos o “piezas de rompecabezas” se van recabando durante la toma del caso clínico.  Y es este diagnóstico de individualidad el que nos va a ir conduciendo a un remedio adecuado para ese paciente en particular.
3) DIAGNÓSTICO BIOPATOGRÁFICO
         Para comprender porqué el niño está enfermo hoy, debemos explorar qué le ha pasado antes. Esto incluye desde preguntar si ha sido un niño deseado o no, pasando por todos los acontecimientos familiares que hayan sucedido desde el embarazo, parto, escolaridad, etcétera. Se explora también la familia nuclear, si hay violencia, las patologías de los padres y de los familiares. Toda esta historia es tenida en cuenta en el momento de elegir un remedio homeopático entre otros.
4) DIAGNÓSTICO DE MEDICAMENTO
        Una vez completada la historia clínica se eligen los síntomas más jerárquicos y a partir de ellos se busca el remedio más similar a nuestro paciente. Para ello nos ayudamos con el Repertorio Homeopático (en forma de libro o computado) el que nos guiará al grupo de remedios más adecuados. De estos remedios se elige uno solo, comparándolo con la Materia Médica Homeopática, donde están descriptas en detalle todas las características de cada remedio que fueran obtenidas tanto en la experimentación como en la experiencia clínica.
        Luego se elige la dinamización o potencia del remedio, la forma farmacológica (gotas, glóbulos, papel, tabletas), la dosis  y finalmente la frecuencia  de administración (dosis única, diaria, semanal, mensual, etcétera).

CONCLUSIONES:
        La Homeopatía nos invita a ver mucho más allá de la enfermedad de nuestro pequeño paciente. Nos invita a ver al niño que se esconde detrás de su enfermedad, a la persona única e individual que, por algún motivo, se ha desequilibrado energéticamente y lo demuestra a través de múltiples síntomas físicos, psíquicos, mentales y emocionales.
        La curación homeopática sigue la fisiología del organismo: el remedio no actúa por sí mismo, sino que es una especie de “llave” que abre una “cerradura”, estimulando el propio potencial del paciente para que encuentre el camino de la auto curación. Es por eso que la lectura que hace un homeópata de la enfermedad es tan diferente en la interpretación convencional: nos alegraremos si un paciente logra elevar la fiebre para curar una infección, será una señal de curación si un niño asmático deja de tener asma y le aparece un eczema pero no viceversa, si un niño demasiado dócil logra manifestar agresividad luego de la toma del remedio lo consideraremos parte de la buena evolución, etcétera.  Existe una Ley de Curación (Ley de Hering) en la naturaleza humana que nos indicará si estamos o no en el camino correcto.
        Explicar la Homeopatía en pocos minutos es imposible, ya que estudiarla y comprenderla en toda su profundidad y magnitud lleva mucho más que toda la vida del Homeópata.




BIBLIOGRAFÍA
1-   “Organon del Arte de Curar” sexta edición, Dr. Samuel Hahnemann, RGP Ediciones, 2008, traducido por el Dr. Gustavo Pirra.
2-   “Las Enfermedades Crónicas, su naturaleza peculiar y su curación homeopática”, Dr. Samuel Hahnemann, Ediciones Tomás Paschero, 1999, traducción Dra. Cristina Viqueira.
3-   “Tratado de Doctrina Médica Homeopática” de la Asociación Médica Homeopática Argentina, editorial AMHA 2004.
4-   “Filosofía Homeopática”, Dr. James Tyler Kent, Editorial Albatros, 1988.
5-   “Los Derechos del Niño”, Dr. Florencio Escardó, FUNDASAP 2004.
Contacto con la autora: annasz@fibertel.com.ar
        





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